Palma recupera la procesión del Jueves Santo con toda su solemnidad y una multitudinaria asistencia
Decenas de miles de ciudadanos y turistas han abarrotado las calles del centro para seguir la procesión
La salida del Cristo de la Sang, tras dos años de pandemia, ha desatado la emoción de los palmesanos
La reina Sofía contempla la procesión del Jueves Santo en el Borne
Palma espera con ansia y fervor su reencuentro con el Crist de la Sang, su imagen más venerada
La procesión del Jueves Santo ha regresado este año a Palma con toda su solemnidad y asistencia masiva de público. Es la procesión más importante de la Semana Santa en Mallorca y la que cierra el Cristo de la Sangre. Ciudadanos y turistas han llenado por completo las calles por donde ha transcurrido la procesión en la que han participado todas las cofradías con sus pasos. La extraordinaria participación de penitentes y público, después de dos años sin procesión por la pandemia, ha provocado que la marcha del desfile haya sido extraordinariamente lenta.
Hacía tiempo que no se veía tanta gente en las calles de Palma y ha quedado patente las ansias de los ciudadanos por volver a contemplar con gran emoción su imagen más venerada, el Cristo de la Sangre.
Antes de la procesión, se ha celebrado el solemne oficio de la Santa Cena en la Catedral de Palma donde el obispo, Sebastià Taltauvll, ha reivindicado la importancia de la generosidad. «Pensar en uno mismo o pensar en los demás. Ésta es la alternativa. El egoísmo o la caridad. Acapararlo o compartirlo», ha señalado.
Durante la homilía del Jueves Santo ha destacado que la Iglesia de Mallorca, a través de Cáritas Diocesana, ya ha recogido más de 80.000 euros, dinero que se envía a Ucrania.
«Es un gesto de generosidad de nuestra gente que debemos agradecer de corazón y que muestra la calidad demostrada del compartir con quien más lo necesita», ha remarcado.
Durante la ceremonia, el obispo también ha lavado los pies a 12 personas, representantes del mundo de la caridad, trabajadores y voluntarios del Área para la Pastoral Caritativa y Social de la Diócesis de Mallorca.
Con este gesto, Taltavull ha manifestado su agradecimiento a las «personas colaboradoras directas del encargo misionero de Jesús de amar como has amado».
Después de los oficios de Jueves Santo celebrados en todas las iglesias de Palma ha llegado el momento de presenciar la procesión, que se ha iniciado a las 19 horas en la iglesia de la Anunciación, la que custodia el Cristo de la Sang. La imagen del Crist de la Sang, las más venerada en Mallorca junto a la Verge de Lluc, ha vuelto a salir a la calle acompañada por la guardia de honor del Ayuntamiento de Palma, los prohombres y los sobreposats así com por las autoridades civiles, militaresy eclesiásticas. El púlico ha presenciado la imagen con sumo respeto y emoción y ha sido frecuente ver personas arrollidándose a su paso. Detrás del Cristo, cientos personas han acompañado a la imagen con todo fervor. En muchos insntantes se ha desatado la emoción de los asistentes al paso de La Sang.
La imagen del Crist de La Sang data de la segunda mitad del siglo XVII y responde al estilo barroco, en particular a la estética denominada contrarreformista. Es objeto de una gran devoción popular. El Cristo está esculpido de corcho y yeso para que sea más fácil de portar. La imagen tiene un peso aproximado de 50 kilos, es de brazos largos y poco cuerpo con desplome de su cabeza a la derecha y lleva peluca de pelo natural.
El Cristo de la Sang es de autor anónimo y se desconoce también el año de su ejecución, aunque se sabe que, una imagen anterior, ya procesionaba en 1564. El fervor popular por La Sang se manifestó de forma especial durante los últimos días del año 2002, cuando una persona se abalanzó sobre la imagen, precipitándola al suelo con los consiguientes graves desperfectos, destrozándola en un sinfín de fragmentos. La conmoción en la isla fue enorme y esta solo cesó al verse de nuevo restaurada la venerada imagen en su camarín.
Fue reconstruido a instancias del Consell de Mallorca y durante dos años en los que no pudo presidir su procesión, fue sustituido por otro de menor tamaño y peso.
La imagen del Cristo se encuentra en la Iglesia de la Sang, o de La Anunciación, en una capilla constituida en 1552 por la Cofradía de la Sang. La capilla se encuentra en uno de los laterales del templo. En esta capilla está el sagrario y en la parte superior se encuentra una cámara a la que se accede por unas escaleras laterales, dónde se venera la escultura del Santísimo Cristo de la Sangre.
La Iglesia de la Anunciación está actualmente adherida a la Archibasílica de San Juan de Letrán (la catedral de Roma). Asegura la historiadora del arte Mercè Gambús, en el volumen El Crist de la Sang. Memòria d’una restauració, que la devoción hacia el cristo tiene su origen en el transcurso del siglo XV «motivada por las indulgencias que el Papa concedió a las oraciones en memoria de las cinco llagas de Cristo”.
La festividad de La Sang se celebra el primer domingo de julio. Durante esos días, con la imagen colocada delante del Altar Mayor, tiene lugar una procesión en su honor y una ofrenda floral. Pero el acto más destacable es la procesión que se celebra en el Jueves Santo, y que congrega cada año a más de veinte mil cofrades y a centenares de miles de fieles, siendo la procesión más concurrida de la Semana Santa de las Islas Baleares.
Durante esta jornada la imagen sale de la iglesia de la Sang entre las 16.00 y las 17.00 de la tarde y no regresa a su templo hasta la madrugada. Destaca también, el Miércoles Santo por la mañana, el descendimiento del Santísimo Cristo desde su altar (llamado el Davallament) hasta ser depositado horizontalmente enfrente del altar mayor.
El Cristo y la prohomonia de La Sang están ligados a la construcción del Hospital General. Según el historiador Antoni Gili, esta institución benéfica fue fundada en 1456. En esa fecha los jurados de la ciudad y del reino de Mallorca se dirigieron al rey para que autorizase la construcción de un hospital mayor que sustituyese a varios hospitales de beneficencia que había en la isla. El Papa Calixto III en una bula de 1458 concedió la facultad de construir el Hospital General bajo la invocación de la Anunciación.
Asimismo, la Cofradia de la Preciosísima Sang de Jesucrist fue ubicada en el Hospital en 1552 y salía en procesión el Jueves Santo. Los encargados de conseguir fondos para el Hospital, captar las limosnas y administrar la institución eran los prohombres. Los que salían en procesión portando el
Cristo, los sobreposats, también participaban en la procesión en la iglesia el día de la festividad de La Sang el primer domingo de julio.
Miles de personas pasaban a rendir su tributo al Cristo. “Sin exagerar puede decirse que unas 15.000 personas pasaban a ver el Cristo”, señala Joan Montserrat, uno de los doce sobreposats que salen en procesión portando el Cristo, en esta festividad y el Jueves Santo.
Inicialmente una de las misiones que tenían los sobreposats era la asistencia a los ajusticiados. Con en tiempo el papel de los prohombres cambió. Ya no eran los encargados de administrar el Hospital y pasaron a ser los que abren paso al Cristo. Velan por la seguridad de la imagen.
El Crist de la Sang ha sido siempre objeto de una gran devoción popular. Pone de relieve este aspecto el historiador Pere Llabrés que cita uno de los Entremesos de Gabriel Maura titulado La Sang. “Tot lo que es puga dir per expressar l’universalitat mallorquina de sa devoció a La Sang es poc. En aquesta terra sa gent més descreguda creu en La Sang. La Sang aquí, ho abriga tot”, escribe Gabriel Maura.
El fervor hacia el Cristo se extiende por todas las clases sociales, es mucha entre la gente de Palma, aunque también comparten esta fe los pueblos de Mallorca. Asimismo, las gentes venidas de fuera también son devotas del Cristo. En la capilla de la iglesia del Hospital, siempre hay gente depositando velas y flores.
El historiador y sacerdote Antoni Gili Ferrer publicó un exhaustivo trabajo titulado La Sang Història i devoció, editado en 2002. Gili fue prior de la Anunciación y aseguraba que su obra tenía como objeto dar información, en especial a los fieles, sobre la historia del Cristo, objeto de esta gran devoción.